10 verdades del Game Dev

El desarrollo de videojuegos independiente es un deporte extremo que se practica sentado, con un buen café y esperanzas frescas. Muchos estudios pequeños se lanzan con valentía a crear su primer juego… y, tristemente, ahí mismo termina la historia. Para que ese destino no sea el tuyo, aquí van 10 verdades disfrazadas de consejos que pueden salvar a un equipo diminuto antes de que el proyecto los devore.

1. Termina algo pequeño antes de soñar en grande

La ambición es un volcán encantador, pero un juego demasiado grande puede tragarse a un equipo pequeño. Empieza con un proyecto que puedas terminar en meses, no en décadas. Un juego de plataformas corto, un puzzle elegante o un roguelite minimalista enseñan más que un MMORPG de garaje, créeme este es uno de los errores más comunes.

2. Define el alcance como si fuera un ritual sagrado

Haz una lista de lo que tendrá tu juego y respétala. Cada “solo agregaré esto rápido” envejece al proyecto tres semanas. El alcance controlado es el chaleco salvavidas del estudio indie.

3. Prioriza lo que te hace único

No intentes competir en todo. Si tu juego destaca por su humor, por su arte, por una mecánica curiosa o por una historia extraña, enfoca la energía ahí. Los estudios pequeños no ganan por cantidad, ganan por personalidad.

4. Prototipa sin apego emocional

No te enamores de la primera idea. Haz prototipos rápidos y tíralos sin remordimiento cuando no funcionen. La basura digital es fértil: lo que no sirve hoy puede inspirar algo mejor mañana.

5. Documenta aunque duela

Un estudio pequeño suele confiar en la memoria colectiva, que es tan confiable como una caja de cables enredados. Documentar procesos, sistemas, mecánicas y decisiones evita confusiones y previene que el proyecto se pierda cuando la vida interrumpe.



6. Habla del juego antes de terminarlo

Mostrar el progreso no te roba magia. Te ayuda a saber si alguien querrá jugarlo. Recoge feedback temprano y evita gastar meses en algo que el público jamás entenderá o disfrutará.

7. Si nadie juega tu prototipo, algo está mal

No basta con que tú lo entiendas. Si un jugador nuevo no sabe qué hacer en treinta segundos, el problema no es el jugador. Detecta eso pronto y ahorrarás semanas de frustración.

8. No descuides la salud del equipo

Una persona cansada produce código triste y arte deprimido. Marca pausas, establece horarios razonables y cuida a tus colaboradores. Un estudio quemado no lanza nada.

9. Aprende a cortar contenido sin culpa

Reducir no es fracasar. A veces eliminar un sistema, un personaje o un nivel salva al proyecto. Los juegos que se terminan son los que saben renunciar a tiempo.

10. Planifica más allá del lanzamiento

El primer juego rara vez paga las cuentas, pero sí construye reputación. Lánzalo bien, actualízalo lo necesario y usa lo aprendido para el siguiente. Los estudios que sobreviven no son los que lanzan un hit de milagro, sino los que logran hacerlo dos, tres y cuatro veces.

Sobrevivir al primer juego es un pequeño acto heroico. Requiere foco, humildad, ajustes constantes y una pizca de terquedad creativa. Si tu estudio puede atravesar esa primera batalla, tendrás un futuro más estable para seguir inventando mundos, mecánicas nuevas y quizá, con el tiempo, tu propia leyenda indie.

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